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Presentación y posible TOC puro
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Buenas tardes a todos. Soy Pablo, de Barcelona. Tengo 30 años. Espero que vosotros y los vuestros estéis bien.
Hace tiempo que sigo el foro, pero nunca me he lanzado a escribir. Quizá porque me cuesta describir lo que me ocurre desde hace tanto tiempo.
Nunca he tenido un diagnóstico TOC, salvo hace un año por una psiquiatra que me derivó a Psicología para afinar el diagnóstico. Pero yo sigo sin tenerlo claro. Me gustaría conocer vuestra opinión. Para no aburriros demasiado, intentaré ir al grano y ser ordenado.
- Desde pequeño, doy muchísimas vueltas a todo. Con 8 o 9 años pensaba que tenía que explicarle todo a mi madre para corresponderle como hijo, incluso las ideas malas que aparecían involuntariamente a la mente. Con el tiempo y madurez, esta idea desapareció por completo.Recuerdo el impacto que me causó una película que vi de pequeño en la que una mujer tenía un accidente y solo pudieron salvar su cerebro, que trasplantaron al cuerpo de otra persona. Cuando esa persona despertó, no se reconocía. Sigue impactándome el recuerdo de la actriz dándose cabezazos contra un espejo al no reconocerse en ese cuerpo. Aunque pueda parecer una tontería, desde entonces, todo lo mental me preocupa.
- En la época universitaria especialmente, era muy hipocondríaco. Tenía muchísimos dolores de cabeza, que, seguramente en parte, me provocaba yo mismo predisponiéndome y, si no me despertaba con la cabeza despejada, consideraba que ese día era un día perdido. Fui al neurólogo, me hice TACS, resonancias… Todo bien.
- Esto se unió a la obsesión con el tema del sueño… Atribuía mi desconcentración a dormir poco o mal o no tener rutinas y conseguí pastillas para dormir (lormetazepan). Aunque las he tomado con parones, hasta principios del confinamiento las he seguido tomando. Lo peor de todo era que me gustaba el efecto de las pastillas (un punto euforizante en mi caso) y me iba a dormir tarde…
- Soy muy reflexivo y, como muchas veces estoy en babia pensando (o rumiando), me cuesta mantener la concentración fijada en algo durante mucho tiempo. Tengo obsesión con el tema de la concentración desde hace muchos años. Como mínimo, desde finales del instituto.No sé si por esta razón soy más de hacer esfuerzos sostenidos cuando no me queda otra (esto me ha funcionado siempre, en los estudios y en el trabajo y los resultados han sido buenos).
- Mi obsesión recurrente desde hace muchos años: la inteligencia y la memoria. Estoy todo el día dialogando conmigo mismo comprobando si he entendido algo o no y por qué no… Me fustigo si no comprendo las cosas a la primera o no me viene la idea que busco a la primera. Cuando digo todo el día es todo el día. Y lo hago automáticamente, casi sin darme cuenta. Si leo algo (en general, con poca atención porque estoy rumiando mil y una cosas), pienso que no lo he entendido. Y vuelvo a empezar.
- Por las mañanas, no me despierto con ansiedad (aunque estos problemas me la han provocado en ocasiones). Pero me despierto con pereza y, cuantas más cosas he de hacer que ponen a prueba si soy inteligente o no, que es casi todo (ejemplo: conocer nuevas personas y pensar que no estoy a la altura de una conversación o que pareceré tonto; continuar estudiando para sacarme el carnet de conducir y pensar que atropellaré a alguien porque no tengo maña), más me inhibo. A veces, siento desidia y me cuesta motivarme.
- Tras un momento personal difícil después de la uni (hace unos 8 años), mi doctora de familia me recomendó tomar paroxetina unos meses. Me funcionó. El diálogo interno desapareció y me sentía menos limitado. La dejé de tomar yo solo a los meses porque no quería depender de una pastilla.
- El año pasado, por estas fechas, tenía mucho agobio por compromisos profesionales y por rumiar muchísimo. Hasta ver una serie en Netflix era una tortura. Paraba la serie 100 veces para preguntarme si lo había entendido, si la interpretación podía ser otra… Si quedaba con amigos o gente desconocida que tenían ideas que no se me habían ocurrido, pensaba que yo era tonto. Sé que no, pero, rumiando tanto, me cuesta concentrarme y tardo más, a veces (otras no), en hacer un razonamiento. Si a eso le sumas que mi trabajo es mental y de estrategia (se me da bien) el resultado es el colapso vital y la pérdida de tiempo monumental.No quería hacer cosas para no preocuparme y un amigo me recomendó ir al médico. Pedí hora a una psiquiatra por primera vez y me recomendó paroxetina un tiempo porque, en su día, me fue bien y me dijo que podía tratarse de un TOC. Me recomendó psicóloga, pero no me gustó. Rumiaciones fuera, eso sí, gracias a la paroxetina. Y estaba más centrado en lo que hacía y, si me equivocaba, no me fustigaba, mi respuesta mental era sana para mi autoestima y pensaba mucho más rápido.
- Progresos: desde el confinamiento tomé la decisión de dejar las pastillas de dormir, pues, a pesar de llevar muchos años tomándolas, puedo dormir sin ellas, aunque, por mi obsesión, me pueda costar más. La prueba está en que los viernes y sábados dormía sin problemas si no tenía la presión de despertarme temprano por algún motivo.Al igual que con las pastillas de dormir, el confinamiento me sirvió para acabar de dejarlas definitivamente. Pero, obviamente, el precio es la vuelta a la normalidad (mental). No quiero depender de ellas.No puedo compararme con el Pablo de hace años. Personalmente, he vencido muchos complejos y miedos. Pero aún tengo muchas resistencias y sigo dejando de asumir proyectos por miedo y comodidad, aunque eso me frustra y tampoco soluciona mis obsesiones.
A pesar de todo, aparte de mis preocupaciones muy limitantes para mí, tengo, en apariencia, una vida normal y una carrera profesional en ascenso, pero estoy dejando de hacer cosas porque no quiero molestarme tanto.
Después de leer mucho el foro, especialmente los mensajes de Vitali, me he comprado el libro de “Venza sus obsesiones”. Y ahí estoy, empezando.
¿He de conformarme con tomarme una pastilla para encontrarme bien? ¿Tengo que hacer todo y encontrarme muy mal para llegar al punto de no sentirme así?
Siento mucho el rollo que os he pegado. Pero era una tarea pendiente.
Un abrazo a todos,
Pablo.
En caso de ser un TOC, a cada uno le “ataca” de una manera, en función de la evaluación que tiene sobre la vida misma. En cierto grado, a cada uno le importa una cosa en la vida, a unos la comunidad, las apariencias y el statu quo, a otros el conocimiento, a otros las relaciones interpersonales, a otros la salud, etc…
Con base a esos valores e importancia que se le dé a cada cosa, el TOC empeora en esa rama. Decirte que no le des importancia a eso que tanto te importa es una tonteria porque vas a seguir dándola con independencia de lo que nadie te diga.
A ti te importa el conocimiento, y es algo que no vas a poder evitar a corto plazo. Pero a largo plazo si puedes trabajar para modificar esa “mentalidad”. En cierto sentido consiste en ir quitando esa importancia a algo que si le das una importancia suprema.
¿Cómo? Realmente la exposición es una forma de invalidar tus creencias erroneas a través de la experiencia propia, que en el fondo es lo más efectivo y cortoplacista. Pero a largo plazo, tienes que subjetivizar la importancia del saber. El objetivo consiste en subjetivizar todo en esta vida. Los fuertes valores y creencias, en el fondo, son disfuncionales para una mente con TOC (aunque nos hayan enseñado que unos fuertes valores son un solido pilar para un ser humano).
Por el contrario, el ser humano debe vivir con poco: poco a nivel material y a nivel “espiritual”. Cuanto menos expectativas tengas en general en la vida, mejor. El slogan “puedes ser lo que tu quieras” o “puedes ser el mejor” es disfuncional. Es el virus que da vida y sentido al TOC. El slogan siempre tuvo que ser: “no tienes porque ser nada en especial, solo vivir, mientras puedas”, es lo que trae “salud” al TOC. El problema es que este slogan no vende varios millones de euros al año en cosas que no necesitamos y vidas que no debemos aspirar a conseguir y mantiene en equilibrio constante la maquinaria de esta, nuestra querida cultura.
Conclusión: Siento darte malas noticias, pero está jodida la cosa. Nadie se recupera al 100% del TOC en el fondo, manteniendo las premisas de esta, nuestra sociedad. Mientras existan expectativas de cualquier índole, habrá TOC en el individuo (en mayor o menor grado), dependiendo la intensidad de la exposición que ejerza la persona, el problema es que la exposición es muy desgastante, y generalmente la gente tras un largo periodo ejecutándola, se acaba quemando dado que la exposición per se, contraría las normas culturales).
Parto por la premisa que el TOC nace a partir del principio de Hebb sumado a la baja inhibición latente. Las expectativas generan esas conexiones neuronales disfuncionales que se retroalimentan constantemente, con nuevas expetactativas y experiencias sesgadas. Te pones a ver una serie de Netflix con expectativas, en vez de verla por verla. Hasta el simple hecho de querer disfrutar ya es una expectativa. Hacer por hacer esta infravalorado y es algo que nadie nos enseña.
Es un error capital lanzar teorías antes de poseer datos. Por naturaleza uno comienza a alterar los hechos para encajarlos en las teorías, en lugar encajar las teorías con los hechos. Sir Arthur Conan Doyle
Buenas tardes a todos. Aunque hace tiempo ya lo hice, hoy he vuelto a realizar los tests de diagnóstico de TAG que recomendó Vitali en el siguiente post: https://www.forotoc.com/tema/diagnosis-del-tag-tests-especificos-de-evaluacion/.
Aunque mis preocupaciones sobre el conocimiento, inteligencia y memoria son las que más me dominan (pues me inhiben en muchísimos aspectos, desde la lectura hasta el relacionarme con gente nueva con la que tenga que conversar un rato largo), es cierto que tengo otras preocupaciones no tan importantes.
Mis resultados de los tests (hace tiempo, los resultados fueron peores):
Hamilton: 26.
PHQ-15: 4.
SAD-7: 16.
PHQ-9: 19.
Con independencia de TAG / TOC o un TOC provocado como consecuencia de la ansiedad y, por lo tanto, no un TOC con todas sus letras, el mindfulness y la exposición me están ayudando si no a mejorar (porque es pronto), sí a mejorar mi autoestima, pues estoy haciendo lo que toca.
Un saludo a todos,
Pablo.
Sí efectivamente el cambio de mentalidad es duro, es un trabajo muy complejo que debe hacerse paulatinamente. Obviamente si a ti te enseñan desde pequeño que has de vivir orientado a metas y tus valores giran entorno a ello, es lógico que este cambio de paradigma pueda darte incluso más vértigo que tomar pastillas.
En cierto grado no vivir conforme a objetivos los cuales, además hacemos sinónimos de los valores, da la impresión que es vivir anulado, sin razón de ser.
El tema es que es muy curioso la diferencia que hay entre los valores conforme a las circunstancias y los valores conforme a las expectativas.
Vivir conforme a las circunstancias significa, ejecutar por un bien mayor, es decir un valor que tu consideres natural en ti, y no depender de nada de lo exterior, porque depende de ti.
Vivir conforme a las expectativas, significa ejecutar conforme a un objetivo, es decir, algo artificial que no depende de ti y que de no cumplirse, algo que existe un % de posibilidades de que pase, te generará un sufrimiento. Lo paradójico, es que de aquí viene la ambivalencia constante: donde hay algo bueno hay algo malo y donde hay algo malo hay algo bueno. Porque todas las expectativas en suma, tienen un 50% de cumplirse, una cara buena y una cara mala, una evaluación constante de la mera existencia.
Por eso, las pastillas suplirán ese dolor del 50% de no cumplirse. Cuando vaya bien, estarás bien, el 50%, cuando vaya mal estarás bien por las pastillas. Pura felicidad… ¿o no? Quién sabe. Lo mismo las pastillas no funcionan conforme a las expectativas tampoco.
El problema es pretender llegar a un foro o a un psicólogo y encontrar soluciones sencillas. No hay soluciones sencillas a problemas graves. Al menos tan graves como un TOC.
El avión está en caída libre y te vas a hacer daño. El daño en cierto grado lo decides tú. Puedes ir, coger una botella de whisky, emborracharte y estrellarte borracho y sin consciencia, o puedes intentar huir de ahí en un paracaídas que nunca has usado y que posiblemente al aterrizar te rompas las dos piernas por la brusquedad de la bajada. La hostia te la tienes que dar: lo bonito es que tú eliges cómo.
Y aún más bonito: cuanto más pospongas la forma de darte la hostia, más fuerte será cuando llegue el momento.
Es un error capital lanzar teorías antes de poseer datos. Por naturaleza uno comienza a alterar los hechos para encajarlos en las teorías, en lugar encajar las teorías con los hechos. Sir Arthur Conan Doyle
Sí efectivamente el cambio de mentalidad es duro, es un trabajo muy complejo que debe hacerse paulatinamente. Obviamente si a ti te enseñan desde pequeño que has de vivir orientado a metas y tus valores giran entorno a ello, es lógico que este cambio de paradigma pueda darte incluso más vértigo que tomar pastillas.
En cierto grado no vivir conforme a objetivos los cuales, además hacemos sinónimos de los valores, da la impresión que es vivir anulado, sin razón de ser.
El tema es que es muy curioso la diferencia que hay entre los valores conforme a las circunstancias y los valores conforme a las expectativas.
Vivir conforme a las circunstancias significa, ejecutar por un bien mayor, es decir un valor que tu consideres natural en ti, y no depender de nada de lo exterior, porque depende de ti.
Vivir conforme a las expectativas, significa ejecutar conforme a un objetivo, es decir, algo artificial que no depende de ti y que de no cumplirse, algo que existe un % de posibilidades de que pase, te generará un sufrimiento. Lo paradójico, es que de aquí viene la ambivalencia constante: donde hay algo bueno hay algo malo y donde hay algo malo hay algo bueno. Porque todas las expectativas en suma, tienen un 50% de cumplirse, una cara buena y una cara mala, una evaluación constante de la mera existencia.
Por eso, las pastillas suplirán ese dolor del 50% de no cumplirse. Cuando vaya bien, estarás bien, el 50%, cuando vaya mal estarás bien por las pastillas. Pura felicidad… ¿o no? Quién sabe. Lo mismo las pastillas no funcionan conforme a las expectativas tampoco.
El problema es pretender llegar a un foro o a un psicólogo y encontrar soluciones sencillas. No hay soluciones sencillas a problemas graves. Al menos tan graves como un TOC.
El avión está en caída libre y te vas a hacer daño. El daño en cierto grado lo decides tú. Puedes ir, coger una botella de whisky, emborracharte y estrellarte borracho y sin consciencia, o puedes intentar huir de ahí en un paracaídas que nunca has usado y que posiblemente al aterrizar te rompas las dos piernas por la brusquedad de la bajada. La hostia te la tienes que dar: lo bonito es que tú eliges cómo.
Y aún más bonito: cuanto más pospongas la forma de darte la hostia, más fuerte será cuando llegue el momento.
Vitali, muchísimas gracias por tu mensaje y por hacerme pensar. Las hostias que recibo leyendo tu mensaje, en realidad, no son tan graves como las que me da la vida.
Mis preguntas sobre la medicación y demás son más bien reflexiones en voz alta… Sé que esto es duro, pero, más que nunca, sé que puedo hacerlo, porque estoy en ello… Ahora sé que tengo un nuevo paracaídas y que es el único que tengo (y quiero) para saltar.
Un abrazo,
Pablo.
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