altramuz

altramuz

  • en respuesta a: Existe una cura para el TOC
    altramuz
    Participante
      Registrado el: 8 agosto 2020
      Temas: 1
      Respuestas: 11

      Quizás tomando algún suplemento de colina, como los que se venden en Amazon, pueda ayudar al cerebro adulto a su remielinización, facilitando así el aprendizaje.

      https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25524711/

      altramuz
      Participante
        Registrado el: 8 agosto 2020
        Temas: 1
        Respuestas: 11

        Creo que has acertado con lo de la mielina. Yo no soy una persona inteligente, siempre me ha costado bastante entender las cosas. Sin embargo, una vez que aprendía algo, destacaba del resto; y esto último me ha ayudado profesionalmente, permitiéndome llevar una vida bastante desahogada. También he sido tremendamente pesimista y muy, muy miedoso. Y supongo que todo esto está directamente relacionado con mi ansiedad.

         

        Es obvio que si sabes inglés, no puedes decidir des-aprenderlo, pero quizá sí se puedan introducir falsos significados a las palabras del idioma, de manera que cuando las leas o escuches, no las entiendas en ese contexto. Por ejemplo, cuando escucho el audio de los ladridos, ni por un instante me siento amenazado, pero basta un ladrido real en la escalera para que me ponga tenso. ¿Por qué existe esa diferencia? En primer lugar, tal y como te comenté, creo que es debido al control que tengo sobre los audios. Pero podría existir algo más, pienso tras leer tu contestación, quizás la diferencia también está en que la grabación de audios no tiene “futuro”, mientras que el ladrido en la escalera puede traer más, muchos más ladridos, y no sólo ahora, sino dentro de un rato, mañana, pasado y el resto del año. El pensamiento “yo no puedo vivir así” surge automáticamente porque como bien dices, está ya cableado y no puedo escapar a ello. Es la llamada “segunda flecha” de los budistas: me hago más daño yo que el propio ruido. Por eso mismo, creo que exponer abiertamente el problema me ayuda a racionalizarlo y me ofrece una ligera ventana de control.
        Sin embargo también sé que no es suficiente porque ese pequeño margen es muy frágil, así que estoy pensando en realizar una pequeña aplicación que produzca un ladrido fuerte y aleatorio a cualquier hora del día. Quizás, de esa forma pueda confundir a mi mente, igual que si introdujera palabras erróneas en ese idioma ya aprendido. Me gustaría saber tu opinión al respecto. Desde luego que no voy a dejar las sesiones de ladridos (hago una hora por la mañana y otra por la tarde) Pero intuyo que si escuchara un ladrido fuerte, producido por mí, pero inesperado, mi razón no tendría tiempo para discriminarlo, y probablemente me daría un salto el corazón. Entonces, inmediatamente recordaría que es el ladrido de mi aplicación, y me calmaría. La segunda flecha sería detenida. Y quizás, repitiendo esta estratagema, acabaría confundido, sin saber si el ladrido viene de afuera o es el de mi casa. Esa confusión puede ser, al menos, algo tranquilizadora, y alejaría la intensa angustia inicial de pensar que ha aparecido un nuevo perro en el barrio o que tengo un vecino nuevo con perro. Algo que me preocupa muchísimo.

        Paralelamente, voy a leer en el foro sobre la terapia de aceptación y compromiso de Hayes, que sugieres. Me ha gustado el ejemplo del invitado molesto, ya que me he sentido identificado como anfitrión de la fiesta. A mí me molesta casi todo, mi resistencia a los acontecimientos indeseables es casi nula. Sólo la presión del miedo me impide hacer cosas de las que me arrepentiría. De hecho, estoy casi siempre enfadado por algo, y si no hay nada por lo que estarlo, aumento el detalle de cualquier acontecimiento hasta que me indigna lo suficiente como para que surja la rabia o el desprecio. Te aseguro que no es nada agradable vivir así, y en muchos momentos pienso que a mis cincuenta y tantos, he desperdiciado mi vida. Gracias una vez más.

        altramuz
        Participante
          Registrado el: 8 agosto 2020
          Temas: 1
          Respuestas: 11

          Llevo varias horas entre ayer y hoy escuchando audios de ladridos. No me va mal, aunque en el ínterin he podido escuchar ladridos reales. Mi reacción (automática) ha sido detener el audio y tratar de localizar al perro. He observado que este comportamiento me ocurre siempre, y cada vez que escucho un ladrido busco inmediatamente su procedencia. Me recuerda a un problema que afortunadamente no tengo, me refiero al gesto de lavarse las manos por temor a la suciedad, o comprobar cien cosas antes de salir de casa. Aunque no padezco esos problemas, pienso que el hecho de buscar la fuente de los ladridos esté relacionado y sea algo parecido. Por ejemplo, hace unas semanas salí de noche bastante tarde a la terraza a tomar el fresco. Aunque salgo con tapones, pude escuchar algo parecido a un ladrido, que efectivamente lo era. Mi reacción inmediata fue vestirme y salir a la calle a buscar al jodido perro, y dejar una nota o algo. Regresé a casa sin haberlo encontrado, pero ahora que lo pienso, me doy cuenta que es algo que puede potenciar mi obsesión, y que debería de ignorar, al igual que debería de ignorar todos los “ruiditos” que confundo con ladridos, o mejor dicho, que sospecho que pueden serlo y me arrastran a encontrar su origen o explicación. Es paranoico, lo sé, pero al menos ahora soy más consciente de ello.

          Supongo que cuando hablas de “consistencia” te refieres más a resistencia que a otra cosa. Me ha gustado tu ejemplo que me anima a convertirme en un Michael Phelps de las piscinas de cortisol y bañarme en ellas como un profesional. Le he estado dando vueltas a tu idea, y me parece se puede extrapolar a otros aspectos de mi vida, ya que esa ansiedad anticipatoria también está construida de cortisol, pienso. Cuando estoy haciendo algo desagradable o cuando espero en la cola del supermercado, etc… siento una inquietud que acaba causándome ansiedad, y algunas veces hasta problemas. Me irrito mucho, y pienso que es mi bajísima tolerancia a la frustación o a cualquier cosa que absurdamente considero que “no me merezco”.

          Voy a seguir con los audios, incrementando el sonido (he colocado un altavoz más en la casa) y te iré comunicando mis progresos si no tienes inconveniente. También querría aprovechar para preguntarte si la habituación se produce repentinamente o poco a poco. ¿Crees que llegará el día en que despierte por la mañana y escuche los ladridos de un perro sin que me afecten?, ¿o por el contrario, puede que me pasen desapercibidos? ¿Cómo puedo conocer mis avances? Si me curo, ¿será de golpe o poco a poco? Gracias.

          altramuz
          Participante
            Registrado el: 8 agosto 2020
            Temas: 1
            Respuestas: 11

            Esa división que marcas entre la adrenalina y el cortisol es muy interesante. Pensaba que ambas hormonas (o neuromoduladores) trabajaban SIEMPRE conjuntamente, pero veo que me equivocaba. Y también pensaba que había un sólo miedo, ahora descubro que hay dos: el impulso adaptativo, gobernado por la adrenalina, que no se me irá nunca y al tengo que acostumbrarme; y el miedo patológico, que es mucho más intenso, como un latigazo de cortisol. Divide et Impera, suena bien, pero tengo que integrarlo y entenderlo mejor. Porque desgraciadamente hay algo más que el ruido de los ladridos, y es el “ruido” posterior a ellos: mi obsesión. Ejemplo: hacía unas 48 horas que no escuchaba ladridos del vecino, pero este mediodía han vuelto a sonar por un corto periodo de tiempo. En mi cabeza ya rondaba la idea de que se habían ido de vacaciones o, mejor aún, que se habían ido del piso. Pero tras el shock inicial de escucharlos (que he tratado de soportar sin dar vueltas como un león), he estado toda la tarde pendiente de ellos, anticipándolos y dando un salto al menor ruido que sonaba más fuerte de lo habitual, como un portazo o el claxon de un coche. Lo mismo me ha pasado otros años, cuando una vecina se iba desde junio hasta septiembre y se llevaba a su molesto perro con ella. Entonces me quedaba tranquilo esos meses de verano, relativamente relajado y casi olvidándome del problema. Pero de repente, llegaba el fatídico mes de regreso, y una mañana cualquiera los ladridos volvían como un demonio rabioso. El latigazo era acompañado de una profunda sensación de derrota, de depresión, algo parecido a cuando te separas o pierdes algo importante, quizás un bajón de serotonína, no lo sé, pero que te roba todas tus fuerzas. En esos momentos pienso en los meses que me quedan por delante y en lo difícil que me va a ser soportarlo, y también, en ese mismo instante, comienzo a anticipar cuándo volverá a ladrar el jodido terrier. ¿Dentro de una hora?, ¿serán 2? Así me paso parte del tiempo que estoy en casa, esperando o anticipando el siguiente ladrido. Ahora que lo escribo me parece una idiotez, algo absurdo, de subnormales, pero en esos momentos lo encuentro perfectamente natural, o mejor dicho, necesario. Puede que sea una búsqueda desesperada de controlarlo, y quizás por eso el hecho de escuchar las grabaciones no me moleste ni mucho menos tanto como hacerlo en vivo. Será porque cuando las escucho siempre tengo el botón de stop que puedo usar en cualquier momento. Y, por supuesto, las grabaciones no me machacan con ninguna anticipación.
            Pero bueno, tal y como dices, hay que afrontarlo, y tras leer algo del protocolo Bergen, he quedado convencido de sus bondades y esta mañana he vuelto a escuchar audios de ladridos por una hora y media. Me he adaptado bien, e igual que ayer, no he tenido muchas dificultades. Luego, esta tarde paseaba por un parque, cuando me he encontrado a unos chicos que estaban en un banco con un perro que ladraba para jugar con ellos. Me he puesto bastante nervioso, y rápidamente ha cambiado el rumbo de mi dirección y también de mis pensamientos. El odio ha vuelto, y me he puesto de una mala leche que me ha durado toda la tarde, y eso que hasta el momento de escribir esto no he vuelto a escuchar más ladridos (milagro).
            Tengo que conseguir que los ladridos reales sean tan tolerables como los audios. Había pensado visitar una perrera o algo por el estilo, pero claro, volvemos a lo mismo, ya que me puedo largar del lugar cuando quiera, y eso impide que surja la dolorosa obsesión por anticipación, y atacar el problema.
            No obstante, esta nueva vía me parece altamente interesante, pienso apurarla al máximo. Lo de la intención paradójica es algo que encuentro fascinante, aunque el camino no será de rositas, tal y como apuntas. Sin embargo, ahora tengo algo con qué trabajar y, aunque soy escéptico, también siento un rayo de esperanza. Tu aportación, y especialmente este último mensaje, me está ayudando enormemente, gracias una vez más.

            altramuz
            Participante
              Registrado el: 8 agosto 2020
              Temas: 1
              Respuestas: 11

              No creo que pueda acostumbrarme a la ansiedad, tal y como sugieres. Es más, no creo que nadie pueda hacerlo. Acostumbrarse a la ansiedad es acostumbrarse al miedo. Y el miedo es una emoción adaptativa, que está ahí justo para que no lo soportes y te obligue a hacer cosas que te alejen del peligro. Creo que se llama respuesta lucha-huida y si no la tuviéramos no seríamos humanos tal y como somos. Además, existen otros dos factores que impiden acostumbrarme: El primero es que sufro de misofonía específica hacia los ladridos, tal y como te comenté, lo cual complica mucho las cosas. En segundo lugar, tengo la amígdala inflamada, o al menos la tenía hace unos años, cuando me hicieron un resonancia del encéfalo. Buscaban problemas porque escuchaba con distorsión los sonidos agudos, y aunque descartaron tumores, acabaron inyectándome corticoides en el tímpano. Así que de una u otra forma siempre he estado luchando contra el problema de los ruidos, tanto por mi mala genética, como por el ambiente que tampoco me ha favorecido en absoluto.

              De todas formas voy a continuar con tu propuesta, y también voy a recorrer el blog, en busca de casos similares o ejemplos que puedan ayudarme. Tengo la impresión -e intuición- de que escuchar ladridos ya grabados me puede ayudar bastante, pero ahora tengo que encontrar la forma de encajarlo, que no es fácil. Hacerlo sin más o enfrentarme a ladridos reales, como me pides, me es completamente inviable por el momento. Te iré contando sobre mis progresos, y si tengo alguna duda lo consultaré aquí. Quisiera agradecerte tu tiempo una vez más.

              altramuz
              Participante
                Registrado el: 8 agosto 2020
                Temas: 1
                Respuestas: 11

                Tengo siempre todo cerrado, doble acristalamiento y demás medidas antiruido. Pero lo que más me duele es que también tengo una bonita terraza a la que no puedo salir, porque me aterra escuchar algún ladrido, aunque sea en la lejanía. ¿Cómo pretendes que me plante a escucharlos como si nada? Es completamente imposible. No te imaginas la ansiedad que me entra, es como cruzar una zona peligrosa en la que pueda ser asaltado o algo así. Pero lo de las grabaciones sí creo que me puede ayudar; eso sí, haciéndolo muy poco a poco. Voy a seguir esa línea que me has propuesto, y a ver qué tal me va. Tan sólo me preocupa ese efecto muelle o de rebote del que me hablaste, aunque me parece que difícilmente pueda estar peor de lo que estoy. Gracias por tu soporte.

                altramuz
                Participante
                  Registrado el: 8 agosto 2020
                  Temas: 1
                  Respuestas: 11

                  Ayer comencé con ladridos flojos. Me eché y me puse el móvil al lado de la almohada con un bucle de ladridos variados. Al principio me irritó algo, pero al poco tiempo ya podría escucharlos mientras pensaba en otra cosa. Pero no pasó mucho rato antes de que escuchara ladridos reales, procedentes de la calle, y todo se fue al garete. Inmediatamente apagué el móvil y me levanté, tratando inútilmente de localizar la fuente del sonido. Estaba muy nervioso. Me acosté de nuevo, pero ya estaba inquieto, y comenzó a apoderarse de mí una conocida sensación de indignación. Sentía una tremenda indignación porque que la gente no comprendiese lo molesto que resultan los ladridos, y comencé a despotricar mentalmente contra los dueños de los perros. No me sentí con ánimos de seguir escuchando el audio de los ladridos, así que lo dejé, pero luego recordé que me habías advertido que si me echaba para atrás, podía convertirse en una contra-terapia, y hacerme más bien que mal. Creo que fue lo que pasó, porque el resto del día lo pasé más nervioso que de costumbre, todo el tiempo expectante, y  con ruido blanco de fondo. Y, por supuesto, los tapones puestos.

                  Esa reacción que tuve al escuchar el perro me es muy difícil de controlar. Creo que hasta que no avance un poco, me va a costar mucho emprender esta terapia. Y además, me preocupa que el efecto muelle del que hablas me impida en un momento dado controlar controlar mis actos. De una u otra forma, siempre acabo acorralado por la circunstancias.

                  Lo volveré a intentar con unos auriculares que tengo, bastante buenos y con cancelación de ruido, a ver qué tal va así. Aunque con este calor, tener eso pegado todo el tiempo a las orejas es bastante molesto.

                  Gracias.

                  altramuz
                  Participante
                    Registrado el: 8 agosto 2020
                    Temas: 1
                    Respuestas: 11

                    Muy interesante todo esto que cuentas sobre la inhibición. No me lo había planteado así, y me parece que vas a tener razón. Voy a empezar a ponerme ladridos en bucle, pero no me siento capaz de aguantar tantas horas escuchándolos. Creo que me volvería loco, ya que hasta los ladridos que aparecen en los anuncios me irritan. ¿Qué opinas si comienzo por escucharlos una o dos horas al día, para luego ir aumentando el tiempo? Es que siento que me pides que suba al Everest sin tener ni idea de cómo escalar. También quisiera agradecerte de todo corazón estos consejos que me estás dando. He hablado con psicólgos y psiquiatras, pero ninguno me había propuesto una terapia de este tipo, que además me da el presentimiento de que puede realmente funcionar. Muchas gracias.

                    altramuz
                    Participante
                      Registrado el: 8 agosto 2020
                      Temas: 1
                      Respuestas: 11

                      Suena esperanzador eso que dices acerca de que mi cerebro lo va a asimilar sin saber cómo ni porqué. Pero hay algo que me preocupa. Por ejemplo, ahora mismo estoy escuchando al perro del vecino de enfrente (otro más), que de vez en cuando se pone a ladrar, que aunque flojo, lo hace ininterrumpidamente. Su ruido, con las ventanas cerradas y el aire acondicionado en marcha, apenas es perceptible para cualquier persona normal. Yo lo escucho. Es como si hubiera desarrollado un sexto sentido hacia los perros, y discrimino sus ladridos aún con mucho jaleo de fondo. Mientras, cada poco rato bajo el volumen de la tele y compruebo si continúa ladrando. Esto es el polo opuesto de los ladridos del perro de mis vecinos de abajo, que son mucho más fuertes, pero durante mucho menos tiempo. Te aporto este dato porque imagino que la terapia de tres meses que me has propuesto está orientada a ruidos reales y fuertes, pero yo a veces confundo el sonido del ascensor con aullidos, por ejemplo. Otras veces me pasa que al escuchar un golpe fuerte o el movimiento de muebles, me creo que son ladridos… aunque no es muy frecuente. Gracias de nuevo.

                      altramuz
                      Participante
                        Registrado el: 8 agosto 2020
                        Temas: 1
                        Respuestas: 11

                        Una amiga me ha pasado el teléfono de un hipnoterapeuta, pero no me he animado a llamarle porque soy una persona muy escéptica, y no creo en esas cosas. ¿Me aconsejas también acudir a él?

                        Esto no vale para nada

                        No tomes nada

                        Hazlo sin más. Diariamente. Todo el día. Es más importante la consistencia que la voluntad en este caso. Te levantas por la mañana, y enciendes el audio. 16 horas despierto, 16 horas escuchando perros de fondo, 3 meses. Así de simple.

                        Tienes que entender que existe un componente neural detrás de todo esto que tienes que “re-aprender”. No es algo que se cambie de la noche a la mañana: necesitas un entrenamiento “muscular” que tarda muchísimo en desarrollarse. Es como levantar pesas en el gimnasio. Hasta que puedas hacer ese levantamiento de 150kg vas a tener que pasar largos meses yendo diariamente al gimnasio y levantando pesos más pequeños.

                        Recuerda es mas importante la consistencia que la voluntad en tu caso.

                        Muchas gracias, voy a hacerlo, pero necesito concienciarme y estar preparado antes de dar el paso, porque me parece muy complicado. Sólo de pensarlo me entra ansiedad. Pero te haré caso y comenzaré con ladridos bajos, tal y como sabiamente sugieres.

                        Cuando dices que existe una base neural, supongo que te refieres a la habituación. Eso ha traído a mi mente los últimos meses de la vida de mi padre, en que se encerraba en su habitación y se tumbaba en la cama, cubriéndose fuertemente los oídos con cojines, porque le molestaba el ruido de la calle. ¿Acaso mi padre no tuvo tiempo durante toda su vida a habituarse al tráfico? Quizás no se pueda reforzar ese músculo del que hablas, o quizás, al igual que mi padre, carezco del mismo. Pero bueno, no son más que especulaciones que lanzo desde mi desesperación.

                        Gracias una vez más.

                        altramuz
                        Participante
                          Registrado el: 8 agosto 2020
                          Temas: 1
                          Respuestas: 11

                          Mi receta:

                          Cómprate un equipo de música bueno, conecta tu móvil y pon un sonido de perro de ladrando en bucle de fondo desde que te levantes hasta que acuestes durante 3 meses seguidos.

                          Si al principio te cuesta, ponlo en volumen bajo, y ve incrementando el volumen semana a semana hasta que este a un volumen significativamente alto durante el último periodo.

                          Mano de santo

                          Gracias por contestar tan pronto.

                          Esa idea que propones ya la tuve tiempo atrás y la llevé a cabo con alguna variante. Tomé propranolol (Sumial) que según leí en diversos ensayos clínicos, es capaz de reescribir las memorias de los acontecimiento, borrando o alterando la respuesta emocional a los mismos. Lo tomaba y a los pocos minutos me ponía a escuchar vídeos de youtube con ladridos continuos, hasta caer dormido. No me funcionó, aunque tampoco lo intenté más que unos días. Quizás, tal y como dices, hace faltan 3 meses o aún más tiempo.

                          Una amiga me ha pasado el teléfono de un hipnoterapeuta, pero no me he animado a llamarle porque soy una persona muy escéptica, y no creo en esas cosas. ¿Me aconsejas también acudir a él?

                          Gracias de nuevo.

                        Viendo 11 entradas - de la 1 a la 11 (de un total de 11)