Toc y "fiebre"

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Toc y "fiebre"

  • Madre
    Participante
      Registrado el: 29 junio 2018
      Temas: 2
      Respuestas: 2

      Hola.
      Mi hijo de 10 años tiene o un transtorno de ansiedad generalizado, o, un TOC. (aún no está totalmente claro).
      Lleva como un mes con medicamento y hemos notado avances.
      Actualmente su obsesión es pedir disculpas. E íbamos bastante bien, hasta que se enfermó de gripe, y los dos días que tuvo fiebre volvió a su TOC de pedir disculpas, compulsivamente. (y de comprobar que pidió disculpas, y de que entendimos las disculpas).

      ¿Tendrá relación con la fiebre? ¿con el malestar físico?
      ¿qué será?
      Me llama la atención eso. Y a medida que se va sintiendo mejor, su compulsión de pedir disculpas ha ido disminuyendo de intensidad nuevamente.

      Leo Vitali
      SuperAdmin
        Registrado el: 24 agosto 2012
        Temas: 448
        Respuestas: 4050

        Puede que exista relación, pero sinceramente creo que el problema subyacente seguirá con el tiempo en mayor o menor intensidad

        Por eso el tratamiento no puede pasar por las grandes ideas que se le suele ocurrir a la gente cuando asocia este tipo de patrones casuísticos… (hay patrones de este tipo a cientos, por ejemplo el más famoso, el de la dieta del gluten).
        Algunos te podrían decir que tiene los globulos rojos muy juntos y necesita “separarlos” con imanes (biomagnetismo).
        Y así cientos de historias chamanicas.

        Evidentemente cuando el cuerpo se encuentra en más tensión, más ansiedad se genera y más se acentua el TOC. Por ejemplo, ahora mismo es muy pequeño, pero cuando empiece a hacer examenes que le generen tensión ya veras como incrementará el TOC de manera exponencial.

        Es un error capital lanzar teorías antes de poseer datos. Por naturaleza uno comienza a alterar los hechos para encajarlos en las teorías, en lugar encajar las teorías con los hechos. Sir Arthur Conan Doyle

        Madre
        Participante
          Registrado el: 29 junio 2018
          Temas: 2
          Respuestas: 2

          Vitali, nuevamente muchas gracias por tu respuesta.

          Me gustaría que pudieras guiarme con algunas inquietudes que tengo, pero no específicamente de TOC, sino más bien de ansiedad en general. He leido varios de tus consejos a otros usuarios, y me hacen mucho sentido las cosas que dices, logrando entender varias cosas que hasta ahora no había encontrado respuesta.
          No tengo claro si tú eres TOC? y tus conocimientos son por eso? o eres psicólogo, o médico? Pero los consejos que das me sirven mucho.

          Te cuento.
          Durante mi vida he tenido varios episodios de… mmm, no sé cómo llamarlo… crisis emocionales….
          Bueno, el primer diagnóstico fue “distimia”, y se trató con fluoxetina.  En época de universidad, producto del estres universitario.  Aunque yo nunca me sentí “estresada”, pedí ayuda porque lloraba y lloraba sin motivo.  Ahora que lo miro con cierta distancia, sí estaba sobrecargada, aunque no me daba cuenta.
          Se resolvió en pocos meses, sin problemas. 

          Años después, el segundo, fue “angustia” o algo así… nunca pregunté diagnóstico. Pero fue tratado con escitalopram creo, no lo recuerdo bien. También asociado a estres, pero esta vez laboral.  Me cambié de trabajo. Al igual que la vez anterior, no lo supe reconocer a tiempo. Yo me sentía bien, algo sobre-cargada, pero bien. Y de repente comencé otra vez con los llantos sin motivo.

          Y el tercero y más severo fue cuando nació mi segundo hijo,. Recuerdo que tenía exceso de carga en el hogar, justo mi esposo enfermó y cayó en cama por meses. Me tocó cuidarlo a él, y a mis dos hijos, además de trabajar fuera de casa. Intenté ser “super mamá” y pedir lo menos ayuda posible, y por supuesto, perfeccionista, hacerlo todo bien.
          Terminé enfermando, con diagnóstico “depresión severa”.
          Aquí sí recuerdo haberme sentido muy cansada, que lloraba de impotencia por no poder descansar.
          Fueron meses de cansancio que me pasaron la cuenta.
          Sin embargo, me sentía relativamente bien… hacía mis cosas, funcionaba, aunque siempre con una angustia presente, que me hacía llorar facilmente y no me dejaba disfrutar al 100%.

          Cuando toqué fondo fue cuando me descubrí pensando, con naturalidad “si yo me quitara la vida, ¿cómo lo haría?”.  Cuando me di cuenta de que estaba pensando eso, me vino un pánico que no dejé de sentir hasta algunas semanas después.
          Ahora que leo y leo sobre obsesiones, creo que ese fue un episodio de pensamiento obsesivo, quizás.
          Fue tanto el pánico, que no podía dejar de llorar y le pedí a mi familia que no me dejara sola nunca. Me mudé por unos meses a vivir con mis padres y mi familia, porque me daba miedo quedarme sola y cometer alguna locura. Aunque yo no quería morirme, yo quería sanarme, yo quería sentirme bien y disfrutar de la vida. Pero me daban mucho miedo esos pensamientos.
          ¿Eso se considera “ideación suicida”? ¿o es un pensamiento obsesivo?
          Me daba miedo tener a mi alcance los medicamentos, cuchillos, ventanas en altura… etc. Me daba miedo acometer contra mi vida.

          Uuufff… que horribles recuerdos.

          Bueno, ahí comenzó un camino con medicamentos de todo tipo, muchísimos!!
          Y terapia psicológica.  Gracias a Dios, siempre estuve acompañada. Y siempre ganas de estar bien, así es que ponía todo de mi parte. Obedecí en todo a mi psiquiatra, a mi psicólogo. Me mantuve activa (aunque no laboralmente).

          A día de hoy. Han pasado 4 años desde esa depresión.
          Ahora, con mi psiquiatra miramos hacia atrás y ella me dice que la conclusión es que soy una persona ansiosa. (no me ha dado nombre de diagnóstico ni nada). Que mi ansiedad siempre estará presente. Y que por ende, me estreso mucho más fácil que el común de las personas. Y que ese estrés, prolongado en meses, fue lo que causó la depresión profunda.

          Ahora, me encuentro tomando un ansiolítico, pero en dosis mínima.
          Estoy estable emocionalmente. Funcionando, disfrutando de la vida.

          Cosas que he aprendido en estos años de terapia:
          – el deporte ahora es sagrado en mi vida. Así como me tomo mis medicamentos químicos, el deporte es un medicamento para mí. Y lo asumí por el resto de mi vida.
          – El descanso también. Aunque no me sienta cansada, me obligo a parar y sentarme aunque sean 5 ó 10 minutos.
          – Hablar de lo que siento me ayuda. Aunque me cuesta muchísimo. Soy introvertida, y me cuesta hablar de lo que siento. Pero he comprobado que si lo hago, me siento mucho más aliviada. Es mágico.
          – También aprendí que las cosas me afectan. Antes de todo esto, casi siempre estaba feliz. Nunca me enojaba. Siempre era optimista, buscaba lo mejor de todas las situaciones y todas las personas. Era como que tenía bloqueada la parte de enojarse o ponerse triste. A todo le veía el lado positivo (sin ver el negativo). Yo era “PAZ Y AMOR”. Ahora no. Me cuesta. Cuando me siento mal tengo que detenerme y pensar “qué me pasa, qué siento, por qué”… y ahí descubro la respuesta (me pelié con mi esposo, estoy cansada, la reunión me pone nerviosa, etc).

          Y por eso mismo que comento, es que mi nuevo desafío es trabajar la parte emocional. Creo que soy “analfabeta emocionalmente”. O era… he ido aprendiendo, pero a porrazos.

          Bueno, y lamentablemente supongo que eso igual ha perjudicado a mis hijos.  He leido que los padres estrictos pueden ser causa de toc. 
          Cuando mi hijo que actualmente está en tratamiento por TOC, era pequeñito, yo recuerdo que me enojaba con él cuando hacía pataletas o lloraba mucho. Y le pedía que se fuera a llorar a su pieza.  Ahora sé que eso les afecta negativamente.  Ahora he aprendido que yo debía acompañarlo y ir haciendo de “espejo”, diciéndole lo que yo veía “veo que estás llorando, porque tu torre se cayó”.
          Bueno, ahora intento aprender sobre eso y hacerlo lo mejor posible.  Aunque me he equivocado muchas veces como mamá, siempre lo he hecho “lo mejor que sabía”.

          Yo no me permitía llorar… yo no me permitía sentir rabia, ni sentir pena… yo tenía bloqueadas esas emociones en mí. Tampoco se lo permitía a él.
          Yo no me permitía ser “imperfecta”. Yo no me permitía decir NO.  Yo no me permitía sentirme cansada (para mí las vacaciones o días de descanso no eran tema, pensar en eso era malo, era de flojos). Yo no me permitía sentirme nerviosa o insegura.
          Todo eso, inconcientemente, se lo transmití a él.

          Uuff, esto parece un diario de vida, un desahogo.
          Pero me ayuda a ordenar mis ideas, aprendizajes y desafíos.

          Y tus opiniones, Vitali, me ayudarán muchísimo. 

          Me encantaría que pudieras aconsejarme cosas concretas…
          Como por ejemplo: tengo claro que me voy a inscribir en un curso online de “educación emocional”.
          No he logrado aún el hábito de meditación mindfulnes diario… o al menos 3 veces a la semana.

          Muchas gracias.

          Edito para agregar que esto es un tema familiar, actualmente mi esposo se encuentra en tratamiento por “estres laboral” o depresión. Anteriormente igual estuvo en tratamiento por crisis de pánico.
          La psiquiatra dice que él, por su historia de vida, es propenso a la depresión.

          Agrego también que vivimos en una zona donde el invierno es extenso (llueve prácticamente todo el año), los días oscuros… creo que la falta de sol igual nos afecta, pero también estamos tomando medidas sobre eso. Vacaciones a lugares con mucho sol.
          Y, analizando la posibilidad de comprar una lamparita de luminoterapia.

          Leo Vitali
          SuperAdmin
            Registrado el: 24 agosto 2012
            Temas: 448
            Respuestas: 4050

            Haces demasiadas historias. Tienes como un ritual montado.

            Elimina tanto desecho, la mejoria es inferior a marginal. Y de hecho puede ser mas perjudicial que beneficio porque se acaba convirtiendo en una compulsion

            Es un error capital lanzar teorías antes de poseer datos. Por naturaleza uno comienza a alterar los hechos para encajarlos en las teorías, en lugar encajar las teorías con los hechos. Sir Arthur Conan Doyle

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