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Diario y seguimiento
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A veces me encuentro en el dilema de pensar o no pensar. Si pienso podría resolver quizás compulsiones, pero una de mis compulsiones es que si pienso podría creer que me voy a quedar así(suelo asociar el pensar con no sentirme bien, porque dejo de realizar otras cosas), al menos un buen tiempo, quién sabe cuánto, lo que conllevaría que me sintiese así y por consiguiente deteriorar otras actividades, al tener la mente tan ocupada/abrumada. Y si no pienso, pues estaría actuando de manera más espontánea y fluida, pero con la ansiedad presente de que mis compulsiones están ahí.
Mi intuición me dice que debo hacer un balance y establecer prioridades, pero conlleva devolverme a esta compulsión que me dice que lo tengo complicado y que me voy a quedar así un buen rato. Y esta razón está fundamentada en parte con la realidad, ya que potencia el pensamiento de que “algo está mal. algo está mal, algo está mal” lo que conlleva a realizar otras actividades irregularmente por el desgaste mental que esto genera.
Comúnmente me encuentro con que cuando me siento de mejor manera o de mejor ánimo que otras veces, pienso mejor y logro discernir mejor los pensamientos y llegar a conclusiones más precisas. Por contraparte cuando me siento al contrario se dificulta organizar las ideas y llegar a buen puerto.
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